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Cuatro métodos prácticos para canalizar la ira durante el tratamiento de una adicción

Actualizado: 22 ago 2022

¿Te sientes más propenso a la ira ahora que estás en fase de recuperación? Si es así, no te preocupes, es normal que estando en recuperación de una dependencia a sustancias químicas sientas ira o incluso agresividad. Y es que muchas veces experimentar un aumento de ira es parte del proceso de recuperación.

tratamiento ira

Es importante que sepamos qué es la ira para aprender a controlarla.


La ira es un sentimiento que se expresa de forma física. Por ejemplo, cuando nos enfadamos el corazón nos late más rápido, nuestras pupilas se dilatan, se tensan nuestros músculos...


Es un sentimiento que se expresa de forma emocional. Volviendo al ejemplo del enfado, si estando en terapia nos sienta mal algo que dice un compañero, es normal que nos sintamos indignados o furiosos y nos sintamos tentados a darle una lección verbal a esa persona.


La ira es, también, una respuesta a una situación basada en cómo interpretamos esa misma situación dadas nuestras experiencias pasadas y valores o creencias. Cuando respondemos con ira a una situación, normalmente lo hacemos en función de lo que nuestra experiencia nos ha enseñado o de lo que nosotros consideramos que está bien o mal.


Finalmente, a menudo podemos relacionar la ira con otros sentimientos. A veces tenemos otros sentimientos (como miedo, dolor, culpabilidad o vergüenza, por ejemplo) que desencadenan ira en nosotros. Cuando esto ocurre, la ira puede convertirse en una manera de protegernos a nosotros mismos de estos sentimientos.


La ira no es ni buena ni mala de por sí: todo depende de cómo la expreses TÚ. A continuación, te contamos cuatro métodos comunes utilizados a la hora de expresar o controlar la ira y te recomendamos cual deberías utilizar:

El método de la explosión


Controlar la ira con el método de la explosión es un método agresivo. La agresión puede ser tanto verbal como física, así como puede ser la combinación de ambas. Podemos llevarla a cabo de muchas maneras diferentes: gritando, insultando o amenazando, por ejemplo, y la agresión física o abuso puede atacar directamente a una persona u objeto.


La agresión a objetos también se considera ofensiva pues intimida a las personas e implica una amenaza.


A veces, cuando una persona se da cuenta de hasta qué punto ha cometido un abuso agresivo, es cuando se recupera, puesto que da miedo darse cuenta del daño que le hemos hecho a alguien que queremos.


A menudo, el método de la explosión consigue controlar la ira a corto plazo, pero adoptar el método de la explosión para controlarla puede terminar por destruir nuestra autoestima, pues tras llevar un comportamiento agresivo podemos sentirnos arrepentidos y/o deprimidos.


El método del ocultamiento


El método del ocultamiento es un método pasivo. Actuar de esta manera pasiva y ocultar la ira tiende a minimizar nuestros sentimientos, deseos y necesidades. Podemos aparentar ser agradables y proyectar nuestra ira oculta hacia otra persona sin ni siquiera darnos cuenta del daño que estamos haciendo a los demás y a nosotros mismos.


Ocultar la ira puede llevarnos a apartarnos del mundo tanto física como emocionalmente, a llegar tarde a las citas, a tener mala cara... y este tipo de comportamientos puede destruir nuestras relaciones. Además, podemos sufrir dolores de espalda, jaquecas, cansancio o incluso ser más propensos a sufrir accidentes como romper cosas o golpearnos con los muebles.


La ira tiene que salir de alguna manera, por lo que si te pasa o te ha pasado algo de lo que mencionamos, busca dentro de ti y averigua si tienes ira contenida.


Finalmente, ocultar nuestros sentimientos puede provocar la recaída. Esconder los sentimientos de ira, no es la mejor solución si te encuentras en recuperación.


El método del desahogo


Desahogar la ira con una tercera persona parece darnos la oportunidad de quitarnos un peso de encima, pero, tras desahogarnos, ¿nos sentimos mejor?.


En la medida en que desahogarnos con alguien nos ayuda a entender una situación, compadecerse con alguien no necesariamente elimina la ira, incluso en muchas ocasiones llega a aumentarla. Cuando nos desahogamos, tendemos a centrarnos en los aspectos negativos de la situación y con ello conseguimos que aumente nuestra ira.


Es importante saber que al sufrimiento le encanta la compañía, pero esta clase de compañía no es buena para las personas que están recuperándose.


El método de la resolución del problema


Este método es firme y conciliador en cuanto al control de los #sentimientos. Podemos expresar los sentimientos de ira de una manera positiva y conciliar la situación sin agravarla aun más.


Cuando queremos resolver un problema, no siempre podemos predecir cómo responderá la otra persona a la petición de cambio. Sin embargo, existen muchas probabilidades de que consigamos mayor colaboración si manifestamos aquello que necesitamos de manera clara y con respeto que si lo hacemos explotando contra alguien, ocultando nuestros sentimientos o aireándolos con una tercera persona.


En definitiva, este es el método más eficaz que debemos utilizar. La mejor manera de canalizar nuestra ira es, por lo tanto, a través de un método para solucionar los problemas que sea directo, firme, respetuoso y conciliador a la vez.


Si estás empezando a reconocer que expresas o alguna vez has expresado tus #sentimientos de ira a través de alguno de los tres primeros métodos de los que hemos hablado, pide ayuda YA a expertos profesionales.


Desde #Paduluce llevamos a cabo talleres para el control y canalización de la ira donde podemos ayudarte a cambiar tu comportamiento y a arreglar y a reforzar tus relaciones con las personas que se han visto afectadas.


Recuerda, si tienes un problema de adicción, no estás solo. No dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo.


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